Mis noches de melancolía plasmadas en letras

Me gusta verte cuando duermes, preguntarme con qué sueñas, ver tus ojos cerrados, imaginarlos abiertos, tocar tu cara y que ni te enteres. Me gusta cuando duermes. Me gusta lo que eres. Me gusta que me tienes. Me gusta saber que cuando despiertes vas a ser mío, como siempre. Me gusta que duermas en mi cama, me gusta que despiertes a mi lado, amo que me hayas amado, y que sigas aquí. Me gusta verte cuando duermes. 

Tal vez no te amo, tal ve solo amo la forma de tu sonrisa, tu acento extraño, tus brazos cuando me aprietas fuerte y tu voz. Tal vez lo que siento por ti no es tan intenso, pero se agrava cuando me miras a los ojos en la mañana, cuando lloro entre tu pelo, o en los momentos en los que nadie me conoce más que tú. Tal vez no eres el que busco, pero me encuentro tan seguido en ti, que me pierdo. Tal vez no eres el amor de mi vida, pero me aterra que no estés en ella. Tal vez eres de otra pero yo te tengo, tal vez no me perteneces pero te cuido, tal vez no eres mío pero te quedas. Tal vez no te amo, pero seguramente sí.

Y aún sabiendo que ya no estamos juntos, sabes que me tienes, sé que me tienes.  Entre tu costilla y tu bazo derecho caminando por la calle.  Estoy contigo entre tus nalgas y el sillón cuando metía mis pies.  Entre cada espacio de tu cabello, cuando metía mis dedos.  Incluso, sin sonar grotesco, en tus orificios nasales cuando me gustaba molestarte.  Estoy contigo en esos abrazos en la que saltaba y te abrazaba con las manos y los pies.  Estoy contigo en tu último bocado partiéndolo a la mitad para que nadie comiera el último bocado.  Estoy contigo entre los espacios de tus dedos.  Estoy contigo cuando pasaba mi mano por tu espalda.  Estoy contigo cada que dices "amor" "bonita" o "guapa".  Estoy contigo cuando te enojas.  Estaba contigo en tus mejores momentos.  Estabas conmigo en mis peores.  Estábamos, estamos pero no estaremos ya más. 

Y ya no estás. Entre mis letras. Y no estás en mis canciones. No estás los sábados por las tardes. En mi rutina. Y personalmente, lo empiezo a disfrutar Cansada de las mismas palabras. Dichas una y otra y otra vez sin producir nada, dichas sin sentido e incluso, vacías. 

Disculpa si no necesito verte a todas horas, si a veces  te alejo de la nada. Un águila como yo, necesita un halcón que entienda eso. Que volemos lejos, no indica que te ame menos, mira que un nido tú y yo ya tenemos. Un hogar para este amor tan nuestro.  Disculpa si no me importa saber dónde estás todo el tiempo, si explicaciones no te he pedido, lamento si la sociedad te ha dicho que esto indica que no te quiero. Mi amor es sano, tú eres tuyo, no eres mío. No nos pertenecemos, nos compartimos.  Creo en ti a corazón abierto y a ojos cerrados. Así que disculpa si no te levanto cuando caes, sé que puedes solo. Necesitas sentir la victoria de poder solo. A veces al sobre proteger, uno vuelve inválido a quien ama, y yo te quiero entero, libre, capaz, aquí estoy a tu lado, levantándome también. Disculpa si no soy tradicional, amor mío. Si no dejo que me arrastre la corriente. Pero es que, dicen por ahí que la vida es corta, y cueste lo que cueste, sangre lo que sangre, duela lo que du

No sé de navegar, de piratas, fue poco lo que aprendí en cuentos, de vikingos sólo conozco sus barbas, aún no he ido a pescar y sé que las tormentas no me asustan tanto como a los marineros.  Pero estoy casi segura de que navegar con la embarcación anclada debe ser casi imposible por eso te dejo aquí.