Mis noches de melancolía plasmadas en letras

Este año dejé de ser yo en muchos sentidos; Dejé de hacer cosas que me gustaban, dejé de ver y de hablar con personas que considero importantes en mi vida, dejé de lado hábitos que me hacen ser yo, rutinas con las que crecí. Deje de lado mis ganas de tener una cita simple, caminar de lado de alguien el cual disfrutara su presencia, dejé esas citas divertidas y simples, por cosas demasiado formales, demasiado catalogadas, demasiado apretadas y fingidas. Salí con gente que ahora dudo mucho haber querido salir con ella, hice amistades que a mitad del año, del mes, me dejaban de hablar, deje de escuchar la música que me gusta, de leer los libros que me gustaban, hasta deje entrar a mi vida gente que no necesitaba. En este punto de mi vida me siento en un grado de madurez digno de mí, eh podido arreglar las cosas con la gente que se alejo de mi vida, he aprendido a dejar soltar y a soltarme, he aprendido a valorar mis amistades, las personas que conocí y demostraron querer estar en mi vida

Se que es complicado, sabes, tener que escribir esto, tener que decirle a todos que poco a poco te he ido olvidando, ¿Recuerdas que siempre dijiste que era una excelente mentirosa? Pues soy tan buena mentirosa que hasta yo me lo creo. Quizá no te haya olvidado del todo, quizá en el fondo aún tengo cariño por ti, por lo que fuimos y lo que pudimos haber llegado a ser, pero, a estas alturas de la vida, no creo que sea ya amor, si no más bien nostalgia. Llegaste a mi vida como una ventisca de otoño, aún traías algo del aire del verano, fresco, alegre, fugaz. Partiste con las brisas de primavera, con el cantar de las aves, con las flores apenas brotando de la tierra. Te perdí en las lluvias del verano, hundida entre las largas e imperdonables fallas que te hice. No te culpo que me hayas alejado de tu lado, al contrario, te lo aplaudo, con que valor afrontaste las cosas, con que madurez dejaste que todo pasará, eres una excelente persona, casi tanto como yo.