Llegas tan ausente de ti, me besas con los labios vacíos, me tocas en la distancia, me miras lleno de falta. Estás, pero no presente, te siento, te veo, te escucho, te quiero, mas no te tengo. ¿Qué puedo hacer contigo? ¿Dejarte ir? ¿Marcharme en silencio? ¿Quedarme en suspenso? ¡Dime qué! Te amo… no es suficiente. Me escapo de mí misma, entre tus brazos, vuelo lejos; nos veo como en sueños, dibujando aquellos días en los que éramos lo que hoy extraño, en los que podíamos soñar despiertos lo que ahora se esconde entre suplicios y pretextos. Puedes marcharte, pero mis ojos cerrados se quedan llenos de tu risa, mis lágrimas no se irán a ningún lado. Puedes marcharte, el miedo ya nos ha ganado.